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Reclamos.

  • Foto del escritor: Jamás.Dije
    Jamás.Dije
  • 16 mar 2020
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 5 abr 2020

Reflexión de una noche de fiesta.


Antes de iniciar, es importante aclarar que llegué a esta conclusión después de varios tequilas y ajás el 'ajás' queda a libre a interpretación. El fin de semana pasado vi, abracé, reí, lloré, sonreí, bailé y demás con personas que tenía meeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeses sin ver (porque ya crecimos, somos adultos, así es la vida, bla, bla, bla).

Cuando nos reencontramos lo primero que hicimos fue correr a los brazos del otro (básicamente, como si no hubiera mañana) y decirnos que nos veíamos bien pinches guapos.


No hubo frases como: 'qué milagro', 'ya ni saludas', 'hasta que te acuerdas que existo', 'siempre tiendes la agenda muy ocupada', 'uy, ahora resulta que con muchas cosas por hacer', 'ya te volviste bien mamón'. Y si me preguntan y si no, pues también porque ya están aquí leyéndome, sólo pude concluir dos cosas: la primera es que qué bonito es querer y que te quieran así con el corazón sincero, sin complicaciones, sin condiciones, sin nada más que ganas de ser y estar; la otra, pues que ahhh cómo me cagan esas frases.


En esta vida mucha gente (y ni se pongan el saco porque no le estoy tirando a nadie en particular, es sólo una reflexión profunda a eso de las cinco de la mañana tras varias rondas de  tequila y mojitos y vino tino) nos reclama tiempo, como si nuestra amistad o amor dependiera de cómo yo (y sólo yo) me tome la vida.

Para mí ya es común escuchar que nunca me dejo ver, que ya me olvidé de los amigos, sin embargo, en muy pocas ocasiones he leído un 'paso a tu oficina, te doy un abrazo y me voy' o '¿quieres té de frutas o de menta? Te lo mando por Uber Eats (obvio, el comentario de comida debía surgir porque #GorditosUnidos)' y menos el 'te espero a la hora que salgas o te desocupes y platicamos, así sea media noche'.


Todos queremos que nos quieran en nuestro tiempo y espacio. Como si el amor entendiera de agenda.


A la gente a veces se le olvida que nosotros también estamos dando nuestra lucha todos los días. Y sí, es cierto que los quiero mucho, pero me estoy esforzando para ser mejor en lo que hago, para descubrir cosas nuevas, ¡PARA DORMIR COMO UNA PERSONA DECENTE MÁS DE CUATRO HORAS AL DÍA, AUNQUE SEA...! (jajaja, hay días en que es real) y lo último que espero es que el día en que coincidimos me salgas con "¡hasta que te acuerdas de mí!". De lo único que me dan ganas es de no acordarme de ustedes y seguir mi vida... pero, no, nada de eso. Me río y digo: ay, ya... cuéntame de la vida.


Perdón si me equivoco, pero yo también estoy aprendiendo.

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